En el prólogo el autor exalta la importancia de leer bien. La lectura debe ser amena pero a la vez debe instruir (no debe ser solo pasatiempo). Este es el doble objeto del presente libro. "Termina cada lección con una interesante curiosidad científica relativa a la misma, y algunos refranes, de los cuales damos el significado o indicamos en que casos deben usarse. Después de cada grupo de lecciones referentes al mismo asunto, insertamos unas poesías que guardan relación con lo anteriormente tratado; convendría que los alumnos las aprendiesen de memoria (...) Facilitan la inteligencia del texto gran número de grabados que pueden explicarse en forma de lecciones de cosas". Si bien la obra no responde a ningún programa en especial, se pueden adaptar a las clases de Terminología, cuya asignatura figura en el plan del Bachillerato Elemental de ese momento. El autor concluye el Prólogo con la siguiente frase: "¡Quiera Dios que nuestro trabajito contribuya a que los niños de hoy, hombres de mañana, sean excelentes cristianos, ciudadanos útiles, consuelo de su familia y legítimo orgullo de la patria!". Las lecturas están distribuidas en 62 lecciones
Aparece: Francisco Ziga, "Bibliografía Pedagógica. Libros de texto para enseñanza primaria:1850-1970 I. Libros de Lectura" en Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas 1981-1982, Biblioteca Nacional, Hemeroteca Nacional, Universidad Nacional Autónoma de México, Nos. 18 - 19,p. 129.
Ils. de Eliseo Delgadillo.
(Colección Didactikón).